El Barça ganó la liga. Lo hizo sin brillantez y con un paupérrimo empate en Valencia ante el Levante. Un título de todas formas, el tercero de la era Pep en esta competición. Mientras tanto, el “otro equipo” celebraba la Copa ya festejada días antes sin demasiada convicción y a sabiendas que ese mismo día podía finalizar su periplo en la Liga. La cuestión era no verlo.
“No lo sé, ni me importa”, dijo Iker Casillas antes del partido del Ciutat de Valencia. Y me sorprende, sobretodo porqué una derrota culé dejaba la liga abierta y sembraba de nervios la parroquia culé. Un ejemplo más del “momento avestruz” que atraviesa la entidad de la “otra ciudad” que, en vez de intentar aprender de sus errores, se niega a aceptar la realidad para tratar así de mejorar en el futuro. Síntoma inequívoco de la exasperación blanca.
Pero la pantomima merengue no acaba aquí. Hoy la prensa madridista encendía nuevamente su altavoz para resaltar a Cristiano Ronaldo y su lucha eterna con Leo Messi. Sin embargo, como no hay peor ciego que el que no quiere ver, desde la capital se ha ensalzado el pichichi y la bota de oro como si de un título importante se tratase. Solo un detalle, aplaudir el premio está bien. Maginficarlo de la manera que se ha hecho (Alfredo Relaño, director de As, ha dedicado su artículo a esta “victoria”) puede ser contraproducente, sobre todo si el jugador que lo recibe ha sido criticado por su propia afición de demasiado individualista. Pero así es la caverna (o la central lechera).
A su vez, el Barça ya puede festejar el segundo título de la temporada (el primero fue la Supercopa) y prepararse también para la final soñada de Champions en Wembley. Eso sí son títulos y eso sí es ilusión. Esperemos esta vez que las celebraciones sean simplemente eso: cánticos, besos, abrazos y lloros. El Barça lo merece.
¡Felicidades Campeones!
1 comentarios:
voto de la victoria en la Liga de Campeones Barcelona aquí: www.desportoevoradistrito.blogspot.com/
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