Terminó el Tour sin que Alberto Contador pudiese revalidar su título y completar la heroica que hace años Miguel Indurain consiguió: ganar Giro y Tour. Fue un australiano, Cadel Evans, quien se llevó la gloria.
En la presentación de los deportistas ya se vio que Alberto no tendría facilidades en un país que, por norma general, rechaza los ciclistas de la península. Y más, después de la polémica con el Clembuterol. Sí hubo aplausos para los hermanos Schleck, que al final resultaron ser los grandes derrotados de la vuelta a Francia, por su mal gestión de las carreras, no por su valentía, que sí hizo acto de presencia en los Alpes.
Pero el gran vencedor fue Evans, que demostró una fuerza brutal en la montaña y unas excelentes condiciones en la contrarreloj. El australiano controló con una paciencia y sabiduría pasmosa toda la carrera y su vistió con el maillot amarillo el día antes de finalizar la prueba. Cadel tiró de los favoritos cuando hubo escapadas peligrosas y no mostró ninguna fragilidad en toda la carrera. Muchos eran lo que creían que el campeón del Tour flaquearía en alguna etapa. Lo que muchos no sabían es que este año Evans se había preparado exclusivamente para el Tour.
Y demostró ser el más fuerte consiguiendo que todos reconozcan sus méritos. Alberto lo dijo claro: "Evans es un justo y digno vencedor". Mostremos ahora el respeto que merece.
2 comentarios:
Ha sido el que más se lo ha merecido... ENHORABUENA!
Saludos.
y ha actuado como un líder las tres semanas. por eso ha ganado (aparte de estar en un momento de forma brutal) xD
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