11 mar 2010

250 millones de gracias. Ganar seis títulos SÍ tiene mérito

Se olfateaba una noche europea mágica. Y lo fue. Los culés disfrutaron como nunca con “su” Madrid y descubrieron nuevos héroes a quien adorar. Hablo de Lisandro, Chelo y, como no, de Pjanic.

Salió enchufado el Madrid en la primera parte y metió el primero a los cinco minutos. Tuvo otras varias ocasiones para sentenciar, pero no lo hizo y lo pagó caro. En la segunda parte los blancos salieron con otra cara. Faltos de motivación… ¿acaso el trabajo ya estaba hecho? En cambio el Olympique, que sabía de la irregularidad de los blancos, cogió el dominio del partido y en el 76 puso el empate en el marcador y mandó a los merengues al infierno. Quedaba tiempo pero el Madrid estaba roto y por el Bernabéu no corría la brisa de las grandes remontadas. Con el pitido final el Real dijo adiós a “su” Champions.

Lo que vino después aún fue peor. Tuve la suerte de acordarme qué Punto y Pelota empezaba a las 00:00. Los tertulianos dieron su opinión acerca de la eliminación y de la responsabilidad de la derrota. Pellegrini, Valdano, Florentino, Kaka o Higuaín fueron algunos de los nombres que salieron a la palestra. Sin embargo, ninguno de ellos reparó en el verdadero culpable de sus males: la Soberbia.

Altivez, arrogancia, vanidad… todas ellas servirían para describir al madridismo. Y no solo a los aficionados o periodistas, sino también a los jugadores. Sin duda, una falta de respeto que costó la mofa de los franceses al terminar el partido.

“Les meteremos tres” dijeron Ramos y Ronaldo, “les enseñaremos quién manda en el Bernabéu” avisaron Alonso y otra vez el portugués, “mi mejor gol será contra el Lyon” aseguró Granero. Todos ellos no tuvieron reparos en empapar-se de la euforia desmedida del madridismo y, tras un par de victorias en la liga, creyeron que la Champions sería coser y cantar. Al final, empate a uno y sin Champions en el Bernabéu. Ridículo.

Más aún si nos hacemos eco del mosaico que exhibía la grada antes de empezar: la imagen de la Cibeles entre un lema que decía “volveremos”. Lo que decimos: soberbia. Y les salió el tiro por la culata. Se lo merecen. A mí no se me pasa por la cabeza ver a un jugador del Barça diciendo algo parecido a lo que dijeron los merengues, ni a ver un mosaico en el Camp Nou con la fuente de canaletas como imagen de fondo. Claro que algunos dirán que era para levantar el ánimo de su afición, pero para conseguir tal propósito no puedes perjudicarte a ti mismo con declaraciones o acciones que puedan encender al rival.

Decía Hermel en Punto y Pelota que en el descanso los franceses se conjuraron en el vestuario, recordaron las humillantes palabras de sus rivales y salieron al campo para comérselos vivos. Y funcionó.

Ya solo queda despedir a los blancos de la Champions. Por sexta temporada seguida se quedan fuera en octavos. Esta vez, con el mejor equipo en quince años, tal y como dijo el director de AS Alfredo Relaño.

Así pues, viendo lo que les cuesta a unos conseguir pasar un simple cruce, me siento orgulloso, contento y feliz por todo lo que consiguió el Barça la temporada pasada. Ellos nos quitaron el mérito del sexteto con villaratos y otras artimañas pero la realidad nos lo ha devuelto con creces y con aún más satisfacción. Dios existe y se llama Fútbol.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

No te preocupes que ya no tardaran en buscar excusas. La prepotencia y chuleria hace que haya mucho antimadridismo.

Esto sirve de lección para el Barça, no nos podemos fiar. No hay rival pequeño.

Saludos.

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