A primera hora de la tarde el F.C. Barcelona emprendía su viaje hacia Pamplona como si de una contrarreloj se tratara. Por delante 500km de distancia. Por detrás una magistral clase de “cómo encender un partido de futbol” tras una paliza escandalosa.
La prensa de Madrid bulle, arde. La manita que le endosó el Barça aún escuece y cualquier ocasión es buena para vengarse. Esto debió ser lo que pensó la prensa merengue por la mañana cuando se organizó todo el lío. La VAGA ENCUBIERTA de los controladores aéreos pillaba desprevenida la expedición blaugrana y éstos intentaban aplazar el partido. Osasuna se negaba a jugar el domingo y la LPF decidía mantener el encuentro. Por en medio, una sucesión de titulares clamaban contra del club culé y alegaban favoritismos para éstos.
Al final, con el paso de las horas, se descubría que la FEF había aceptado el aplazo del partido, siendo la LFP la que al final había decidido mantener el encuentro (justamente para el Osasuna), causando con esta acción un desbarate de los planes del Barça. También se supo que el Barça tuvo confirmación desde las agencias de vuelo que su avión despegaría sin problemas durante la mañana y por ello no planeó otra alternativa si el vuelo fallaba.
Sin embargo, el daño ya estaba hecho. Un partido lleno de incertidumbre, tensión y de crispación solo perjudicaba a un equipo, el Barça. Y eso en Madrid se sabía. Afortunadamente para los seguidores culés, el equipo acabó venciendo por 0 a 3, aunque por desgracia no maniató la polémica. Con el partido ya terminado, la prensa volvió a cargar. Esta vez alegando que el partido había empezado a las 20:45 y no a las 20:30…
Ver para creer.
2 comentarios:
Jordi, por suerte los nuestros dieron una clase magistral de profesionalidad. Que se lo sigan currando en el campo!
Saludos.
El asunto es que solo he visto levantar la voz convenientemente a Guardiola, ante la cacicada e intento de perjudicar al Barça por la RFEF. Está claro que tenemos muchos enemigos en todos los estamentos del fútbol español. Por cierto, me hubiera gustado que Rosell hubiera sido más contundente en su nota a la afición cargando contra los responsables del incidente.
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