Déjenme empezar admitiendo que sigo dudando del ciclismo en general y del caso Contador en particular. No comprendo cómo tras sancionarle, la misma federación decide absolverlo después de las conocidas presiones del alto standing español. Y aprovecho para decirlo ahora, justo antes del recurso de la AMA y de la UCI, para que no se me acuse más delante de ventajista. Sigo pensando que Contador será sancionado. Y si no, su nombre quedará manchado de por vida.
Es cierto que la cantidad de Clembuterol detectada en el cuerpo de Contador no era suficiente para mejorar su rendimiento. Pero no es menos cierto que las partículas plásticas que se descubrieron en su sangre revelan una trasfusión evidente que sí mejora el rendimiento. Sin olvidar que esas partículas de Clembuterol indican un intento obvio de dopaje. Otra cosa es que estas prácticas se lleven a cabo con toda naturalidad en este deporte.
Pero lo realmente preocupante es la reacción de la sociedad española. Mientras una gran mayoría continuaba apoyando al ciclista (igual que han hecho con Marta Domínguez), los altos cargos del país presionaban a la federación para no sancionar a Contador. Es acongojante observar como las razones para no “apartar” al ciclista de Pinto son tan absurdas como en su día lo fue su propia excusa (la del entrecot). De hecho, se han aceptado las alegaciones del madrileño, a pesar de ser un país que tiene implantado un riguroso sistema de seguridad alimenticia y donde una contaminación individual de un personaje de este calibre es, más o menos, imposible. Además, han sugerido que la normativa debería cambiar alegando que a día de hoy, la presunción de inocencia queda en entredicho (todo esto después de haber sancionado a muchos otros deportistas por la misma razón).
Así pues, la imagen ofrecida al resto del mundo es pésima. La permisividad con el dopaje es evidente en nuestro país y el caso Contador es un ejemplo de ello. ¿Con que credibilidad vamos a ganar ahora? Nuestros deportistas están en la diana, pero no por odio o envidia de los demás, sino por méritos (o deméritos) nuestros. Es lo que merecemos…
1 comentarios:
Yo no confio en el ciclismo, me parece el deporte más "sucio" que hay
Saludos
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