Adiós a la humildad

Versión en catalán

La gestión administrativa del FC Barcelona desde la llegada de Sandro Rosell ha sido impecable. La gestión comunicativa, en cambio, había dejado mucho que desear por la “desaparición” del presidente de la vida pública del club.
Desde muchos medios, así como desde este blog, se había pedido más presencia y sobretodo más incidencia del mandatario culé.
Hoy, sin embargo, me veo obligado a pedir disculpas a mis lectores por mi error. Sandro no debe hablar, debe callar.

A la poca palabrería del presidente se le añade hoy un capítulo desconcertante. Si hasta ahora Sandro había pecado de callado y muchas de las críticas habían sido dirigidas hacia la falta de labia de éste, hoy el máximo representante del FC Barcelona ha saltado a la palestra con unas declaraciones que han recordado a Vicente Boluda y su famoso “chorreo”. Muchos culés, nada amantes de la soberbia a la que el madridismo más extremo ha apelado en sus 109 años de historia, se han sentido traicionados por el vaticinio que Rosell ha dado de la final de copa. “Pongo un 5 a 0 en la porra para no perder la costumbre”, ha dicho el presidente en un alarde de chulería y prepotencia hasta ahora desconocidos en él.

Y evidentemente, la prensa y sobre todo las redes sociales han empezado a echar humo. Si cualquier excusa ya era buena para atacar al Barcelona, las declaraciones injustificadas y nada elegantes de Rosell han abierto la caja de pandora y han revertido una situación que hasta la fecha favorecía al Barcelona. “Nuestro equipo habla en el camp”, dijo él mismo no hace mucho. Ahora, sin embargo, sus palabras desmesuradas han creado una brecha en la táctica comunicativa tejida por Pep y el Barça en el pasado reciente. Adiós a la humildad…

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