Aunque todavía queda la última carrera por disputarse, la F1 está decidida. Button ya es campeón y solo queda la segunda plaza por disputarse. Vettel y Barrichelo son los únicos que se juegan algo real aunque totalmente intrascendente y, es que quedar segundo tiene el mismo premio que quedar noveno: ninguno.
A los amantes de la F1 esta temporada les habrá sabido a poco. Ferrari y McLaren no han estado en los primeros puestos. En cambio, el título se lo han jugado Brawn y Redbull. Vettel, corredor de esta última marca, ha sido la gran sensación del año. De hecho, sin alguno de los fallos inexplicables de su monoplaza, el alemán hubiera podido llevarse el título, siendo así el piloto más joven en proclamarse campeón del mundo.
Aún así, lo realmente preocupante es el estilo de negociación que se lleva a cabo en esta disciplina. Si bien la corrupción ha teñido de negro gran parte de la F1, los fichajes antes de finalizar la temporada lo han adulterado. Y sí, me refiero a Alonso…
Fernando es, bajo mi punto de vista, el mejor piloto de la parrilla. No obstante y pese a su profesionalidad, el anuncio del fichaje para Ferrari parece haber mermado las ganas del bicampeón de continuar esta temporada. El asturiano no ha estado arriba, cosa bastante normal teniendo en cuenta el bajo potencial del Renault. Sin embargo, no se ha visto en la pista al “Magic” que todos conocemos. En los últimos entrenamientos de la temporada en el circuito de Abu Dabi, ni tan solo ha pasado a la Q2, y parece que ni el fracaso en la clasificación parece haber inmutado al campeón o a su equipo…
Con ello no quiero culpar a Fernando de poca profesionalidad. Queda patente su entrega en todas las temporadas que lo hemos visto. Aún así, los resultados del español en las últimas carreras me indican que quizás sería mejor pactar unos periodos de negociación para no desvirtuar la prestigiosa modalidad de automovilismo.
Ya para terminar espero y deseo que el año próximo nos complazca a todos con grandes victorias de Fernando en su nueva andadura en Ferrari. Alonso ya tiene un coche potente. Ahora, le toca ganar.
A los amantes de la F1 esta temporada les habrá sabido a poco. Ferrari y McLaren no han estado en los primeros puestos. En cambio, el título se lo han jugado Brawn y Redbull. Vettel, corredor de esta última marca, ha sido la gran sensación del año. De hecho, sin alguno de los fallos inexplicables de su monoplaza, el alemán hubiera podido llevarse el título, siendo así el piloto más joven en proclamarse campeón del mundo.
Aún así, lo realmente preocupante es el estilo de negociación que se lleva a cabo en esta disciplina. Si bien la corrupción ha teñido de negro gran parte de la F1, los fichajes antes de finalizar la temporada lo han adulterado. Y sí, me refiero a Alonso…
Fernando es, bajo mi punto de vista, el mejor piloto de la parrilla. No obstante y pese a su profesionalidad, el anuncio del fichaje para Ferrari parece haber mermado las ganas del bicampeón de continuar esta temporada. El asturiano no ha estado arriba, cosa bastante normal teniendo en cuenta el bajo potencial del Renault. Sin embargo, no se ha visto en la pista al “Magic” que todos conocemos. En los últimos entrenamientos de la temporada en el circuito de Abu Dabi, ni tan solo ha pasado a la Q2, y parece que ni el fracaso en la clasificación parece haber inmutado al campeón o a su equipo…
Con ello no quiero culpar a Fernando de poca profesionalidad. Queda patente su entrega en todas las temporadas que lo hemos visto. Aún así, los resultados del español en las últimas carreras me indican que quizás sería mejor pactar unos periodos de negociación para no desvirtuar la prestigiosa modalidad de automovilismo.
Ya para terminar espero y deseo que el año próximo nos complazca a todos con grandes victorias de Fernando en su nueva andadura en Ferrari. Alonso ya tiene un coche potente. Ahora, le toca ganar.
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